Sucede..

Sucede que estuve esperando.. 
Esperando que suceda, eso que espero. 
Eso que logre despertarme. 
De mis miedos.
De mis inseguridades. 
De mi dolor. 
De mi misma. 
Sucede que tal vez no lo esperé suficiente. 
Por que aún no salí de mí. 
No desperté. 
Quizás eso que logre despertarme, 
no esté a mi alcance. 
¿Tendría que luchar más? 
Sucede que estuve esperando..
Esperando que eso suceda. 

Ruptura.

Y de pronto el ambiente se volvió más frío. Estabas justo frente a mi, mirándome con esos ojos que tanto amo. Me sentía segura, protegida en tus brazos. Sentía que nada podría lastimarme, si solo me quedaba en tus brazos. No entendía. ¿Qué es lo que hice mal?¿Por qué cambiaste tan de repente?.
Me encontraba en un lugar vacío, lejos de mi hogar, lejos de mi corazón. Cada palabra tuya me llegaba como un cuchillo, listo para atacarme. Cada mirada tuya me helaba. No había amor.
Dudaba. Dudaba, por que en un tiempo todo lo que hacíamos era mirarnos. Ahora, solo miras la pared, nervioso, ansioso, como si mi presencia molestara. Trato sinceramente de entenderte. Quiero poder decir que algo positivo saldrá de esto.¿Por qué me sigues abrazando?. Dijiste, siempre me dijiste, que cuando una cosa no da para más el dolor muchas veces es lo último que sientes. Solo sientes temor.
Y yo sentí temor, el más grande de mi vida. Perderte. Suena tan iluso.¿De verdad te perdí?¿Cómo sucedió?
Mi felicidad solo duró unos segundos, todo el amor que te tenía pronto se congeló. No sabía como reaccionar. No sabía como hacerte reaccionar que todo lo que hacías era un error.
Pero no me moví. No dije ni una sola palabra. "Está todo bien, no te preocupes (No te vayas por favor..)". Me diste el último beso, un beso muy significativo. "Espero que seas feliz". Simplemente no puedo hacer que esto se termine. No, sobre mi cadáver, o al menos, mis sentimientos..
Si vieras, yo te aprecio tanto. Pero no puedo retenerte, no quiero que lleves un mal recuerdo mío.
"Te entiendo, sabía que sucedería en algún momento" ¿Lo sabía? Me encuentro diciendo estupideces, el miedo y los nervios me dominan. "(Por favor, da la vuelta,¡¡no quiero perderte!!)".
Quien iba a pensar que sería yo misma la que me despediría de vos. Tan cordial, tan tranquila. Por dentro moría, ah no, no sabes, moría. Sentía ganas locas de besarte, de abrazarte, mirarte, todo eso en un segundo. Pero, volvía a la realidad y ya habías cruzado la esquina.
"Sigue, sigue, sigue.. ". No dolerá por mucho.
Te equivocas, no siempre he vivido así, sin rumbo. Hubo un tiempo en que paseaba de tu mano. (Y sabía perfectamente a dónde quería ir).

— Edel Juárez 

Clave.

Ahí cuando siento que nada vale la pena.
Ahí cuando siento que todo no tiene sentido.
Ahí cuando seguir con esto o sin esto no tiene importancia.
Ahí cuando se cuestionan todas mis dudas.
Ahí cuando mis miedos salen a flote.
Ahí cuando soy la más dura crítica conmigo misma.
En ese momento clave. 
Pienso en mi.
Pienso en las veces en la que me decepcioné.
Pienso en las veces que no me valoré.
Pienso en las veces en la que pude ser mejor persona y no lo permití.
Pienso en las veces en la que me dejé tratar mal.
Pienso en aquellas palabras que dijeron, que pensaron que me tirarían, pero no lo harán.
En ese momento. 
Solo en ese momento, 
Mi pensamientos,
mis ideas,
mis emociones,
mis experiencias,
mis delirios. 
Todo gira en torno a mí. 
No me importa lo que ocurra fuera. 
No me importa lo que piensen todos
No me importa cuan mucho duele
No me importa absolutamente nada.
Porque en ese preciso momento, 
Yo elijo volver a quererme.

Ley de hielo.

Siempre existen, ya sabes, esos malos pensamientos. Me prometiste estar a mi lado, aún cuando no me encuentre, aún cuando las cosas peguen fuertes. "Jamás dejaré que te sientas sola". Estoy tan sola, me dejaste desprotegida, de mi peores pensamientos, de mis emociones traicioneras.
Esta nota no es para culparte, ni para despreciarte. De verdad, cuando pude asimilar que no podré hacer que todo vuelva como antes, decidí caminar con esto. Fue muy difícil al comienzo, creo que fue confuso y desgarrador. Sentía que después de todo lo que me dijiste no podría. Aprendí a quererme un poco más sabes?.
Ya no quiero estar atenta a vos. Cuando empecé controlarme fue sencillo, hasta que sentí que me dolía, cada vez que no me contestabas, cada vez que me ignorabas, sentía que me partía, me desmoronaba.
Te acuerdas que me decías que era muy cursi, que a veces empalagaba? Bueno, empecé por hacerme un escudo a esas palabras. Ahora si me conocieras, de verdad, no me reconocerías.

Gabi.

Como empezar esta carta. De verdad, desearía tanto que la vieras.
Ya pasó un mes y medio. Desde que dejé de ir a verte. Desde que dejé de compartir mis tarde con vos.
Comenzaré, diciendo lo crucial. Te extraño.
Me acostumbré a mi hora y media de turno los miércoles a las nueve para desquitarme de todo lo que me ocurrió durante la semana.
Gabi, eras y sos tan especial. No creí que sería yo la que tuviera que despedirme de vos tan pronto.
Encontré en vos una amiga, una amiga muy especial. Que aunque intentábamos salir, nunca concordamos. Y aunque aveces no sea lo correcto, compartíamos hasta los secretos más ocultos de nuestra vida. Nunca pude esconderte nada.
Me acuerdo el primer día cuando fui al consultorio, no tenía ni las ganas para verte! sí suena muy gracioso, solo me acordaba de las veces que me preguntabas como me sentía y lo único que pensaba era "tan típico". Pero un día entraste dispuesta a que no íbamos a hablar. Me mostraste unas oraciones, y tenía que completarlas tal como yo quería. Pensaste que sería mejor así a que me tengas hablando toda la hora.
Desde ahí, confíe en vos.
Y comenzamos una pequeña amistad que con el tiempo se hizo cada vez más grande, no fue fácil para mi, tenía miedo de que lo que te cuente termine en los oídos de mis padres. Pero me demostraste que no lo harías y podía hablar de todo con vos. Siempre me gustaba ese tiempo, y te acordas cuando no controlaba mi ansiedad? Llegaba dos horas antes del turno! ya ni me querían ver en el lugar!! es muy gracioso ahora que lo recuerdo.
Me acuerdo un día que hablamos con las relaciones con la familia, y yo te contaba todo, y luego de la nada me veía llorando, y vos me consolabas. En ese mismo instante solo te pude ver como una amiga.
Yo estaba segura que siempre podría contar con vos. Recuerdo cuando te decía que el trato que teníamos no era correspondiente entre paciente y doctor, vos me decías "solo sé que ellos no te conocen y mucho menos a mi. Si quieres ser mi amiga, seremos amigas. Nunca hay un trato específico para eso".
Desde ahí nunca quise faltar!, aún enferma iba ese lapso de tiempo que me servía tanto, no te imaginas.
Luego llegaron los tiempos difíciles para ambas, y veía como me contabas tus problemas. Me sentía feliz por que confiabas en mi. Contabas conmigo para una opinión, dejabas que te escuchara y yo solo estaba feliz de poder ayudarte. A los tres años de ir juntas, yo ya te conocía perfectamente.
Sabía perfectamente como reaccionabas, que pensarías si digo eso. Te hiciste de querer tanto por mi familia.
Siempre me apoyabas con cada ocurrencia que tenía. Que si quería hacer danza, o ser escritora, o ser fotógrafa. Solo me decías " puedes ser cualquier cosa, sos una persona única, pienso que puedes hacer lo que quieras". Todavía tengo tu novela, y tiene ese perfume a lisofor, vainilla y frutas. De los tantos perfumes que tirabas antes de irnos.
El momento en que me sentí tan agradecida fue cuando repetí por segunda vez. Era insoportable, ya previamente me imaginaba la cara que harías cuando te contara la noticia. Era la primera sesión del año pasado, me mandaste un mensaje diciendo "Isa, te espero mañana! no veo la hora de que empecemos de vueltas, nos vemos, te quiero". Y me sentí fatal. Pero cuando te lo conté me sentí tan liberada, y tu rostro solo fue compasión, tenía tanto miedo de decepcionarte como lo había hecho con todos. Al final me encontraba llorando desconsoladamente y vos abrazándome, diciendo que era una persona increíble, que era inteligente y valiente. Yo solo me preguntaba. Cómo es que puede ver lo mejor de mi en ese momento? Junto a mi familia me ayudaste tanto, no tengo y nunca tendré palabras para agradecer todo lo que hiciste en mi. Me ayudaste a crecer, a ser mejor persona. Siempre estabas conmigo sin importar, y eso admiraba tanto de vos. Teníamos tanto en común, me acuerdo que decías que te sentías tan cómoda y que era la mejor de todas.
Gracias por apoyarme, cuando pensé que nadie lo haría. Por estar de mi lado y enseñarme de lo malo y lo bueno. Ayudarme a mejorar mi persona. Gracias, simplemente por dejarme formar parte de tu vida.
Perdón!! no pude hacer mucho con vos, siempre las veces que te escuchabas te veías cada vez más apagada, desconfiada, triste. Te sentías sola y yo lo entiendo perfectamente. Perdóname si no me dí cuenta, estaba tan perdida. Te juro, que hubiera hecho cualquier cosa para retenerte aquí todavía.
Nunca olvidaré cuando me contabas lo de tu hermana, tenías tanta tristeza, y acumulaste tantas cosas. Siempre ví en vos gran parte de mi, solo tenías miedo, y yo también, pero aveces, te contenías en mi y solo me asusté tanto por que no sabía como actuar o que decir. Perdón Gabi.
Ahora estás viéndome de seguro, te juro que intentaré ser mejor persona con el pasar del tiempo. Pero no podré seguir con otro psicólogo, no soportaría.
Ahora estás con Dios, estás protegida, estás en paz. Solo pido que me cuides, y me sigas guiando en mis pasos.
Siempre te tendré un aprecio único, por que una persona como vos no se puede olvidar, y juro que jamás lo voy a hacer.

Carta a mi ángel.

Déjame comenzar esta carta con algo totalmente sincero.
Te extraño.
Me siento mal por las cosas que te hice antes, me siento mal por no haberte aprovechado en su momentos.
Te extraño.
Cuando me bajaba a controlar si estabas bien y aveces te encontraba llorando, siempre salía de la pieza por que realmente no quería llorar con vos, solo quería llorar sola. Te sentías muy mal, y sé cuanto sufriste tratando de ser "Fuerte". Cuándo somos realmente fuertes? Yo no luché por mi, y tu sí por vos. Aveces, cuando nos quedábamos solas. Me gustaba preguntarte por tu vida pasada.
Por ahí la recordabas, por ahí no. Pero comprendí muchas cosas.
Yo también me siento sola. Luego te recuerdo, y me pongo mejor.
Estoy dolida. Eso no lo cambia ni lo cura nadie Abu, esto durará conmigo hasta el fin de mis días.
Perdí un poco de mi felicidad. Por que perdí una parte de mi vida, una parte grande de mi infancia, y grande de mi adolescencia. Te perdí. Y aunque estoy feliz de que estés en paz, yo no lo estoy.
Solo te pido ayuda, un poco de ayuda para superar, al menos, sobrellevar, esto tan perturbador que siento en mi pecho. Hace que esté mal, que llore todas las noches, que sienta que no valgo, que me sienta sola. Perdí mucho el sentido del humor, me enfurezco con el que venga. Solo quiero estar sola, y me siento sola.
Prometí luchar, cambiar por mí. Prometí ser fuerte! pero no lo sé!! Intento levantarme y me derrumbo, intento seguir adelante y me desvanezco, no encuentro a veces esperanzas. Esto es luchar? Por que si es así, enséñame, para que entienda.
Quiero gritar!! a todos, quiero enojarme tanto, tanto que terminaré lastimándome a mi misma como siempre lo hice Abu. Y cuando menos lo creí, siempre aparecías, para entenderme, para que con tu sonrisa y tus grandes frases pueda cambiar de humor.
Dios, te extraño.
No encuentro otra palabra. Cuando se trata de vos, solo puedo decir que te extraño. Que te admiraré toda la vida. Gracias nona, Por la vida! Gracias, tengo que dejarte ir, aún no lo hago. No puedo dejar que te vayas, no logro sentirme mejor así..
Es impactante lo rápido que pasa el tiempo. El mundo sigue abu. ¿Cómo lo hace?.
Cuídame, cuídame siempre. Te amo, nunca lo dudes, ni lo olvides.