Estos últimos días mi vida dio un vuelco radical. Quizás demasiado para mi.
¿Vieron cuando de verdad no quieren saber de nada, sobre nada que sientan o piensen? Exacto. Eso sucedió, solo me cerré. Pero a medida que pasaban los días me analizaba. ¿En verdad quería ser así?, es decir, las cosas no siempre suceden de la mejor manera eso lo sabemos. Pero siento que me perdí a mi misma en ese transcurro. Perdí mi pasión, esa extrañeza con la cual miraba al mundo.
Quiero detener al mundo. Obligaría a todos verse por una vez, con detenimiento, con locura. Quiero que por una vez cada uno se vea. No fui la única en perderme, todos nos perdimos. Algunos bastante otros no tanto. En mi caso, para encontrarme tuve que llorar, reír como tonta, volver a mis conversaciones poco comunes con la soledad, extrañaba de una vez pararme al espejo y conversar conmigo misma. Tal vez cuando me conozcan dirán que soy un caso perdido y es que todos lo somos pero no quieren verlo.
No quería ser sencilla, simplemente quería ser yo. Aquella que ama ver mil veces la película. Aquella enamorada del amor. Aquella que escribe y piensa, piensa tanto que necesita salir de si misma para no arruinar su relación consigo misma. Soy yo. Así como ustedes son ustedes. Desde cuando nos importa lo que los demás sientan hacía mi persona. Por que querer tener personalidad cuando mi personalidad depende de una persona totalmente insegura que solo pretende juzgarme sin siquiera conocerme?. Fue ese momento crucial en que paré. Me miré al espejo y me dije -"Soy una tonta. Una ilusa tonta y cruel"-. Ahora entendía mi mal humor por las noches, entendía esa frustración al no poder escribir.
Mi vida no depende de vos, o de él, o de ella, o ellos.
Decidir dejar de pensar todo, solo dejarlo fluir, por que para eso estamos no? Dejarnos fluir. Estamos para conocer la vida, no tiene caso prepararnos para la vida cuando ella pasa dejándonos atrás sin piedad alguna. Jamás esperó que estuviéramos preparados para superarla. Quizás la vida se sienta mal por juzgarla y solo necesita amigos.
Por mi lado, prometo no perderme. Ya me perdí y no fue lo mejor del mundo que digamos. Propongo que cada uno mire a su alrededor, pero no antes de mirarse a uno mismo y preguntar:
¿Eso que hago realmente me hace feliz?