Que curioso no? Las veces que imagino que miras estas páginas. Las veces que escribo pensando que estoy hablándote.
Pienso y digo ¿Qué estoy haciendo?. Estoy segura que jamás te importó tanto como para leer mis ocurrencias, estoy segura que hasta discutimos y no te duele. Pero que tanto puedo pedir, como doy, recibo.
Perdí tanta sal en vos. Dejé mi fe en tus manos y aún así me encuentro perdida en tus ojos. O cuando simplemente intento hacer bien las cosas, ya ves que siempre me sale mal. Decirte las cosas nunca me resultó fácil, tengo miedo que lo descubras, miedo a que cuando lo descubras ya nada sea lo mismo. Ya no me digas cosas bonitas, ya no me veas de la manera en la que me
vez. Deseando necesitarte, deseando que estés conmigo. Pasamos todo y esto es completamente nuevo para mi, es decir, yo cayendo en esto? increíble.
No volveré a hacerme esto, por que cuando lo hago pierdo la coherencia, pierdo la cabeza y es lo que más necesito en estos momentos. Tienes un poder, casi inexplicable en mi, un poder difícil de entender. Te extraño todo el tiempo, y me siento mal, mal porque no seré tuya, ni vos mío. Y así sigue el juego.. todos los días, todas esas horas, avanzando y jodiendo las cosas. Eso se siente cuando se termina? Cuando ya no me quede nada de vos?. Intento adaptarme a la sonrisa mía, y no a la que vos me sacas cada minuto. Por que ya perdí y no ganaré mas.
Si las cosas se dieron así fue por algo, y ese algo es lo más doloroso que sentí. De veras necesito un abrazo tuyo, de veras necesito verte, hablarte y saber que estás ahí, por que siempre estuviste ahí para mi.