Estábamos en el cruce en el que siempre nos veíamos y compartíamos las risas que siempre compartimos. El cielo mostraba un hermoso azul, las nubes tan blancas y livianas, la brisa fresca y el aroma a flores vagaba por todo el lugar. Luego estábamos nosotros dos, tan niños, tan felices, tan enamorados..
Se estaba haciendo de noche, las estrellas ocupaban su lugar en el firmamento y las aves se iban a dormir. Te levantaste y me acompañaste a mi casa, como en un sueño puedo sentir algo tan especial y real? como puedo sonreír dormida y como puedo no darme cuenta que no es la realidad?.
Cuando llegamos a la puerta me dijiste :- tenemos que hablar. Esta bien, mantengo la calma, es una de nuestras charlas de siempre, pero no, me equivoqué. De verdad querías tomar otro camino.
No sabía si llorar, es como si en mis sueños controlaba mis instintos. Estaba llorando? no lo recuerdo muy bien. Pero vos sí, llorabas y me pedías perdón, que querías seguir tu camino y que yo deba seguir el mio. Entonces para que llorar? Si lo tomé con calma. Si lo que querías era espacio debiste decirme, si lo que querías era otra persona debiste decirme, no era solo tu novia, era tu amiga!. Por que no confiar en mi?. Sé que es difícil contarme esas cosas, pero se supone es que es deber hacerte feliz o no? y si otra puede hacerte más feliz, me hubieras dicho y quedábamos bien.
Entré a mi casa, y entendí que tu amor era un mal, no podía pretender siempre que estés de mi lado. No podía estar atenta a casa una de tus tristezas y como no decidiste apoyarme, me dejaste sola, terminaste todo y te fuiste.
Desperté. Mi cama, el aire, mi corazón estaban en realidad absoluta. Los sueños son universos, y me alegra haber encontrado el mio. Me alegra por fin entender por que no querías intentar, entiendo sinceramente todo.