Touch, touch, touch, touch me.

Lo conocí una noche, el tenía ese movimiento hipnotizante, ese movimiento que me llamaba a gritos.
Mientras movía sus caderas, me hundía en su cuello. El sabe que hacer. Agarrando mi cintura, acomodándose a mis movimientos, el tiene el control. Sí, definitivamente el tiene mi atención.
Las luces dieron justo en el momento, solté mis cabellos, abracé su cuerpo y me dejé llevar.
El sabe lo que quiere, el es lo que quiero, sus labios morder, su pecho acariciar.
Sí, el sabe que lo quiero disfrutar toda, toda,toda la noche.