Entonces, siendo parte de sus sueños, comencé a creer en ellos. Y tu pregunta viene como puñal incrédulo.. Cómo existe tal historia de amor estando tan separados y tan íntimamente ligados uno con el otro? Y mi respuesta es tan simple. Pasa cualquier tarde por aquella esquina..
Y verás dos corazones heridos, bailando en un charco y sanándose con esperanzas. Y verás la simpleza de dos vidas separadas, riéndose de ellos mismos, en cada encuentro. Y se va sin lágrimas.. y vuelve con sueños. Por eso para cada mañana le dejé todos mis sentidos, para cada despertar, puse mi corazón a su lado, sólo para que le cuente sus sueños. En cada tarde de domingo lo recordaría, riéndome en mi propia complicidad. Y para cada noche, cualquiera sea, quedaría velando como una estrella.. sólo para darle mi luz a su lado más oscuro. Se llevó en su boca el sonido de mi risa. Supo embriagarse con el sabor de mis lágrimas y dibujó mis ojos con el color de su sangre para que ya no me vaya de su memoria. Y cualquier final en esta historia sería divino porque la historia empieza con cada final y termina siempre cada vez que despierta de su sueño. Mientras todo sigue afuera como siempre.. él se vuelve más real y yo.. yo había jurado que no se trataba de amor.