Sigo esperando oír de tu boca la versión sobre lo mala niña que sos.

Conoces toda la historia. Él me gustaba. Él jugaba. Él me lastimaba, y yo lo resistía. Sabes absolutamente todo.Y aun así cuando él quiso que le dieras una oportunidad... dudaste.¿Dudaste?¿Por qué?¿Acaso no viste las veces en las que mis ojos se humedecían de dolor?¿Y dudas la respuesta? Bien, le dices que no.
Perfecto. Hasta ahora te perdono. Pero no te noto convencida acerca de la respuesta.De seguro quieres con él. De seguro quieres más. ¿Más?¿No te parece demasiado todos los besos que estubiste regalando?Igual. Me das pena y te pongo a prueba. Vete con él. Agárralo. Aprovechalo si es que te gusta. Agarralo que sos experta en eso. Y dices que no. Siempre dices que no. Que no lo harás por mi.¿Por mí?¿Hoy piensas en mi?¿Hoy piensas en mi después de todas las jaquecas que me hiciste sufrir? Bravo. Mi Yo interior aplaude. Se alegra. Se alegra de que no estés tan perdida como parecía. Hoy me entero, entre susurros tuyos con otros, que lo agarraste. Y me lo escondes. Me jalas del pelo, y yo soy la tonta que no se da cuenta. Te ries de mí. Escucho un 'se va a re enojar'. Si, lo dices como si nada. Lo dices con aire burlón. Y sufro. Sufro. No por él. Sufro por vos.Y es que te haces la gran amiga y silencias acerca de ese encuentro que tubiste con él.Entonces, ¿no cumples con tus principios? Dijiste que jamás te le acercarías porque sos "mi amiga" (según vos). Entonces no cumples con lo que dices. Me hablas y finjes que está todo bien, mientras yo te sigo la corriente, con nudos en las entrañas. Sigo esperando oír de tu boca la versión sobre lo mala niña que sos.
Sos una boluda. Una niña. Y te prestaste para que él me joda. Te prestaste para que él te use. Sabiendo todo los daños que me hizo y sabiendo bien lo mala persona que es.No me importa él. Me importas vos. O quizás después de esto ya no me importes, porque dudo tomarte en serio después de los actos de casquivana que tomaste.