Siempre tuvo razón. Los seres humanos son clichés, simples y predecibles. Corazones rotos, traiciones… todo ha pasado millones de veces. El problema es que, cada vez duele como la primera. Y, si tienes la suerte de recuperarte, puedes estar segura de que mientras termina de curarse una de tus heridas, la siguiente ya ha empezado a abrirse.