Y jamás se fue.

Rompía todos mis esquemas. 
Desde el comienzo, hasta el último. 
Cómo si fuera maestro. 
Cómo si fuera grato. 
Cada idea, o meta que tenía,
se vio inútil,
a su lado. 
Pero se encontraba cerca. 
El momento que tanto anunció.
"Serás mía".. 
Y jamás se fue. 
Cómodo, plantó su bandera en mí, para jamás irse. 
Y jamás se fue. 
A toda mujer le gusta que le diga que es fuerte. 
Pero él rompía esquemas,
y me dijo,
"Tu no eres fuerte, solo sos débil, no está mal sentirse así". 
Y me sentí pequeña.
Pero después de todo. 
Estaba a su lado.
Él era el fuerte de los dos. 
Cambió mis esquemas
Y jamás se fue.