Morochas, rubias, pelirrojas, todas, a tus pies, a tus perfume atrapante, tan excitante, tanto que llegué a pensar que no eras vos. Que todavía te faltaba amor y por eso fuiste a enamorar señoritas cuyos ojos ya no lloran por ser dejadas, por hombres, por cobardes como vos.
Sé lo que piensas cuando me miras, lo que preparas para decirme, esas ganas de tocar más allá de mis caderas, de besarme, tal como si tus labios fueras tan deseados.
Tan solo dime si ellas te hacen enloquecer como yo, si al besarte ellas te pongan la piel de gallina, si cuando ellas se vayan estén remordiendote con sus perfumes de channel.
Tranquilo mi amor, ya vendrán días mejores, días en lo que tal vez tu conciencia esté limpia. El día que te canses de esos amores pasajeros, baratos, simples, malos. Ese día quizás puedas llamarme..